Hipgnosis, Diseño para el subconsciente.

Por Lalo González
hibrido23@yahoo.com.mx

El despacho Hipgnosis fue formado el agitado año de 1968, una época caracterizada por conflictos y cambios, políticos, sociales y culturales, en este momento nace el despacho Hipgnosis formado por los londinenses Storm Thorgerson y Aubrey Powell, los cuales fueron sin duda los precursores en el diseño conceptual de portadas de discos, al haber realizado un sin fin de propuestas bastante interesantes, ellos fueron los encargados de traducir en imágenes, la música de Pink Floyd, y otros artistas de la misma talla, entre los cuales se encuentran: Peter Gabriel, Led Zepellin, Yes, Black Sabath, Genesis, entre otros.

El diseño de portadas de Hipgnosis utilizaba elementos del surrealismo, deformando el espacio, a través de montajes, ubicándolos en majestuosos paisajes oníricos, donde se puede observar una gran variedad de juegos visuales que pueden ser percibidos en diferentes niveles o lecturas, tal como mucha de la música que se produjo en ese tiempo, cabe destacar que estos diseños se hicieron en la época de la psicodélia, y fue en un momento donde todo se realizaba con procesos mecánicos, donde las bondades del Photoshop eran inexistentes.

Entre las portadas de discos mas comentadas esta: The Dark Side of the Moon, donde es representada la refracción y la dispersión de la luz blanca al pasar por un prisma, donde la cubierta del disco representa por un lado a la realidad, que es la línea de luz blanca, pura y concentrada y por el otro la representación de la misma, en colores y dispersa, que representa una realidad alterna, por general las portadas de Hipgnosis llegaban a este tipo de soluciones conceptuales, no aptas para gente autodenominadas racionales.

Los discos de Hipgnosis, son considerados objetos de culto, para los coleccionistas que buscaban discos, en tiendas especializadas, tianguis, y hasta por debajo de las piedras, estando dispuestos a pagar lo que sea, para dar con el disco que buscaban con el objetivo de llenar los libreros de sus recamaras, los cuales ya son especie en extinción, quizá también quedara atrás la experiencia de ir a la tienda y comprar un disco, observar la gran variedad de portadas, con impresiones y sustratos, abrir el empaque, observarlo, tocarlo y hasta olerlo, diseños que se percibían desde diferentes lecturas.